Las Provincias 28/09/2008
Cañas como lanzas en los cauces
Los vecinos del Girona y el Serpis, que se desbordaron en octubre de 2007, preocupados porque los márgenes de los ríos aún están llenos de cañaverales
GANDIA/DÉNIA
El delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, afirmó el pasado viernes que la Confederación Hidrográfica del Júcar ha gastado este año algo más de 13 millones de euros en la limpieza de cauces y barrancos para garantizar el paso del agua por los cauces.
El Ministerio de Medio Ambiente aseguró también que esa limpieza se centraba en eliminar restos que obstruyen la capacidad hidráulica de los cauces, como escombros, troncos y basura, y en el corte selectivo de cañas y de vegetación invasiva.
Pero tras el anuncio de esta inversión, calificada como la mayor de la historia en estos menesteres, la imagen de algunos tramos de los ríos Girona y Serpis, que se desbordaron en octubre del año pasado, no parece haber cambiado mucho de la foto que presentaban antes de aquellas inundaciones.
Las cañas se han vuelto lanzas en estos cauces y están preparadas para entorpecer una riada, dejar que la fuerza del agua las arrastre y puedan taponar los cauces y colaborar en los desbordamientos.
Las precipitaciones, que están cayendo en la Marina Alta causan que los vecinos miren inquietos al cielo y vuelvan a revivir el temor por que se repita un episodio similar al de hace casi un año, cuando las lluvias torrenciales azotaron la comarca y provocaron el desbordamiento de los ríos Girona y Gorgos, que anegaron municipios como Beniarbeig, El Verger y Els Poblets.
Nadie olvida que la fuerza del Girona derribó parte de un puente de piedra, destruyó viviendas, negocios e incluso se cobró una víctima mortal. "Hay gente que no puede dormir cuando llueve", afirmó José Ramón Mahíques, miembro de la Plataforma Ciutadana Riu Girona."Nos encontramos en alerta naranja por lluvias y la gente se acerca estos días al cauce del río para comprobar su caudal", dijo Mahíques.
No obstante, apuntó Vicenta Tent, vecina de El Verger, afectada por la riada del 12 de octubre pasado, "el miedo se produce cuando llueve intensamente por la parte alta del cauce". Estas palabras fueron refrendadas por Mahíques, quien explicó que "el problema del agua se produce cuando llueve fuerte en la Vall d'Ebo o de Laguar".
Vicenta Tent y su familia fueron de los más perjudicados del municipio por el desbordamiento del río. Se quedaron sin vivienda, sin coche y sin negocio. Desde entonces "mis dos hijas solteras, mi marido y yo vivimos con mis suegros", apuntó esta vecina vergelense.
Casi un año después, estos municipios no han recobrado la normalidad completa. Ya no sólo demostrada por las obras y actuaciones inacabadas, como limpieza de cañas de los cauces, construcción de muros de contención, derribo de puentes y viviendas afectadas o edificación de nuevas casas, sino porque la sensación vecinal es, aún, de impotencia. "El susto aún lo llevamos en el cuerpo. No se ha ido", explicó Vicenta.
Respecto a otras obras, las de reparación y adecuación a acometer por parte de las Administraciones competentes, "parece que ahora van un poco más lentos, no sé por qué será", indica Consuelo Cardona, otra vecina de El Verger afectada por la riada de 2007.
También desde la Plataforma Ciutadana Riu Girona se apuntó este hecho, así como "el malestar y descontento de algunos vecinos de El Verger y Els Poblets" porque "un año después no ha cambiado mucho la situación", incluso, en algunas zonas "la situación se encuentra en peores condiciones".
http://www.lasprovincias.es/alicante/20080928/valenciana/canas-como-lanzas-cauces-20080928.html
domingo, 28 de septiembre de 2008
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