lunes, 20 de octubre de 2008

Extracciones de gravas del río Girona. Lo que dice el Libro Blanco del Agua

3.9.2.5. El problema del aporte de áridos a las
playas
Las aportaciones de áridos a las playas por los ríos y
ramblas constituyen un factor esencial para su existencia,
mantenimiento y conservación, y son aspectos
que no siempre han sido tenidos en cuenta debidamente
en el diseño y ejecución de obras de regulación
y encauzamiento de los cauces de agua. Ello, unido a
otra serie de factores, ha provocado en numerosos
puntos de nuestra costa una rotura del equilibrio entre
las aportaciones de áridos por sus fuentes naturales y
las pérdidas originadas por la acción del mar, dando
como resultado un proceso de erosión y retroceso de
la línea de costa, con pérdidas sensibles de superficie
de playa.
El mantenimiento de nuestras playas constituye un
valor esencial no sólo desde los puntos de vista
ambiental, cultural y sociológico, importantes por sí
mismos, sino también desde el punto de vista territorial,
como protección del propio territorio frente a la
erosión provocada por el mar y, muy especialmente
para nuestro país, desde el punto de vista puramente
económico, al constituir las playas un soporte básico
para la actividad turística, sector - como se vio - de
extraordinaria importancia (casi un 11%) en términos
del Producto Interior Bruto.
En consecuencia, resulta ineludible, de una parte, analizar
y tener presente el riesgo que toda obra o actuación
en el cauce de ríos o ramblas pueda representar
para la unidad fisiográfica costera correspondiente, y,
de otra, arbitrar medidas eficaces que contrarresten
los efectos negativos que aquéllas puedan causar, con
el fin de mantener las fuentes de aportación de áridos
y el necesario equilibrio sedimentario.
El primer aspecto citado se puede conseguir mediante
los correspondientes estudios de dinámica fluvial y
litoral, que afectarán no sólo a las nuevas actuaciones
hidráulicas que se acometan sino también a las ya realizadas.
En cuanto al segundo, se trata de seleccionar aquellas
medidas correctoras que resulten más aconsejables a
la luz de los distintos intereses en juego y las características
de cada cauce, que, a título de ejemplo, pueden
abarcar desde el mantenimiento de un caudal sólido
mínimo en aquellos sitios donde sea posible, hasta la
realización de transportes de áridos por medios mecánicos
desde los distintos puntos de la cuenca donde se
produzca acumulación.
En cualquier caso, parece oportuno y recomendable,
ante la cada vez mayor escasez de áridos, estudiar el
establecimiento de una prioridad de aportación a las
playas de la unidad fisiográfica afectada, frente a
cualquier otro uso o destino que pudiera darse a los
áridos, a cuyo efecto, con carácter previo a cualquier
concesión o autorización de extracción de áridos en
una cuenca hidrográfica, podría certificarse por el
órgano administrativo que tenga encomendada la
tutela y gestión del dominio público marítimo-terrestre,
la no necesidad de su aportación a las playas
comprendidas en la unidad fisiográfica afectada por
la referida cuenca.
http://hispagua.cedex.es/documentacion/documentos/l_b/cap3_lb.pdf

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