jueves, 3 de enero de 2008

Otras victimas de la riada

DIARIO INFORMACIÓN 03/02/2008
Otras víctimas de la riada
El descenso de turistas por la rotura del puente merma los ingresos en hostelería
CÉSAR MONZONÍS.
El desmoronamiento del puente de Beniarbeig se convirtió el pasado 12 de octubre en la imagen que resumía las torrenciales lluvias caídas en la Marina Alta y que provocaron el desbordamiento del río Girona en la citada localidad, Els Poblets y El Verger, donde murió una persona. Las administraciones central y autonómica -responsables de la CHJ y del rio Girona y del urbanismo y medio ambiente de la zona- se apresuraron a visitar las zonas afectadas y a prometer otra riada de dinero para restablecer la normalidad lo más rápido posible. Aquella actividad incesante de directores generales, técnicos, consellers y ministros ha dado paso a una espera que en muchos casos es desesperante.La caída del puente de Beniarbeig ha dejado de ser un símbolo para convertirse en una dura realidad: el descenso de ventas en comercios y restaurantes de la localidad se sitúa entre un 20% y un 50%. Una cantidad que para muchos negocios puede convertirse en una barrera insalvable para 2008 y más ante las perspectivas de reconstrucción del nuevo puente que no estará concluido hasta finales de 2008. Las obras de la nueva infraestructura ascienden a 2.400.000 euros según se especifica en el cartel instalado por la conselleria junto al puente destruido. No obstante, en el mismo no aparece ni el plazo de inicio ni tampoco el de ejecución de los trabajos.Esta circunstancia, unida a la crisis económica que vive el sector de la construcción -muchos vecinos trabajan directa o indirectamente en el mismo- dibujan un panorama económico oscuro para el municipio. Aunque el padrón de Beniarbeig a uno de enero de 2008 alcanza los 1.729 habitantes -tras la frenética construcción de viviendas vivida en los últimos años-, muchos de ellos acuden a la localidad sólo a dormir y por tanto no forman parte del tejido económico y social del municipio. Los escasos comercios y los establecimientos de hostelería recibían una parte de sus ingresos de ciudadanos desplazados desde Pedreguer, Orba y Benidoleig, que en la actualidad tienen muy complicada la entrada al pueblo. De hecho, dos señales de dirección prohibida sólo permiten el paso a los residentes. Además las líneas de color amarillo y las vallas producen un efecto disuasorio hacia los visitantes de Beniarbeig.Por otra parte, el puente provisional también supone un lastre para acceder a la otra parte del pueblo. Hasta hace escasas fechas era la restricción de horarios por el ruido el que obligaba a los conductores a acceder al pueblo por Ondara.
http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2276_17_708351__Marina_Alta-Otras-victimas-riada

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