¿Hay cada vez más desastres naturales?
La mayoría de las fuentes estadísticas indican que se ha pasado de unos 100-150 episodios catastróficos en la década de los
Entre los desastres agravados por el ser humano se encuentran los causados por el cambio climático. El Informe Stern, impulsado por el Gobierno británico para evaluar económicamente el impacto de este fenómeno, afirma que 3 de cada 4 catástrofes naturales son de origen hidro-meteorológico.
Cendrero añade que la cifra de pérdidas se ha multiplicado por 25: "A pesar de que en esos 50 años han aumentado mucho los conocimientos científicos y las capacidades tecnológicas, nuestra gestión de estos procesos no funciona. Más que ante catástrofes naturales, nos encontramos ante una gestión catastrófica."
En este sentido, David Saurí, profesor titular del Departamento de Geografía de
En opinión de Jorge Olcina, Catedrático de Análisis Geográfico Regional de
David Saurí matiza que, si bien este incremento del riesgo ha producido un aumento del número de damnificados y de las pérdidas económicas, también es cierto que se producen menos muertes, "probablemente debido a la implantación de mejores sistemas de avisos y emergencias."
No obstante, el profesor de
Desastres en España
Las inundaciones y las sequías son las catástrofes naturales que más repercusión socio-económica tienen en España, según Jorge Olcina. En cuanto al número de víctimas, este experto afirma que se han producido 704 fallecimientos entre 1995-2005 por riesgos naturales, de los cuales 256 fueron causados por inundaciones.
Entre las regiones de mayor riesgo, el profesor de
acciones que han provocado en España el aumento del riesgo ante las catástrofes naturales: "Se ha construido cerca -o incluso dentro- de los cauces fluviales, por lo que ha aumentado el riesgo frente a un posible episodio de crecida; se ha aumentado el gasto de agua en muchas zonas por encima de los recursos disponibles, lo que produce problemas de abastecimiento en períodos de sequía; se ha construido casas en primera línea de costa que quedan anegadas por el oleaje cuando se producen temporales marítimos, etc."
Asimismo, España no está exenta de desastres naturales que pueden parecer lejanos. Por ejemplo, los científicos llevan hablando hace años de una posible erupción volcánica del Teide. Por otra parte, los expertos recuerdan el tsunami ocurrido en 1755, cuando hubo decenas de miles de muertos en el sudoeste de
Medidas contra los desastres
Según David Saurí, aunque la mayor parte de los fenómenos naturales causantes de los desastres no son directamente modificables por la acción humana, sí es posible reducir o evitar sus consecuencias mediante el asentamiento de una sociedad más segura desde un punto de vista tecnológico, político y social. "En otras palabras, que todos y especialmente las personas más desfavorecidas tengan medios a su disposición para evitar, reducir o mitigar las consecuencias de estos fenómenos," sentencia el profesor de
Por su parte, Antonio Cendrero afirma que "con el estado actual del conocimiento, se podrían realizar medidas que evitarían muchos problemas. Sin embargo, en muchas ocasiones se toman decisiones que no es que vayan en contra del conocimiento científico, sino incluso contra el sentido común."
En opinión de Jorge Olcina, además de la necesaria implicación institucional, hacen falta las siguientes medidas concretas:
* Planes de ordenación territorial que tengan en cuenta los peligros que pueden afectar a un espacio geográfico, impidiendo ocupar áreas de riesgo elevado con usos, fundamentalmente urbanos, o con infraestructuras.
* Una buena cartografía de riesgo, es decir, mapas que plasmen de forma clara el grado de riesgo de cada zona, sobre todo a escala municipal. En este sentido, el 70% de municipios en España carece de este tipo de mapas. No obstante, está a punto de aprobarse una Directiva europea de gestión de zonas inundables que va a obligar a cartografiar el riesgo de inundación en toda Europa durante los próximos años. Asimismo, en la reforma prevista de la ley estatal del suelo se ha incorporado el artículo 15, que indica la obligación de los municipios de elaborar mapas de riesgos naturales para poder implantar nuevos usos en su territorio.
* Funcionamiento de la policía de cauces, prevista en la ley de aguas, y que se denuncien todas las ocupaciones ilegales del dominio público hidráulico. El análisis de riesgo supone adoptar una postura ética: evitar que se pierda una vida humana a causa de un peligro natural. Por ello, es importante la denuncia científica o judicial de las actuaciones territoriales que no hayan tenido en cuenta el comportamiento a veces extraordinario de la naturaleza.
* Mucha educación ambiental sobre riesgos, especialmente en las escuelas y en los territorios de riesgo elevado.
En cualquier caso, Olcina reconoce que se ha avanzado mucho en las políticas de gestión de las emergencias, o en la puesta en marcha de medidas estructurales (presas, diques, encauzamientos, etc.). Por ejemplo, el profesor de
Por su parte, Saurí habla de aprender a "convivir" con el riesgo: "En vez de intentar modificar constantemente los procesos naturales de riesgo, deberíamos aprender a dejar que el río inunde el espacio que tiene que inundar, minimizando al máximo los daños que ello pueda causarnos".
ALEX FERNÁNDEZ MUERZA - www.consumer.es – EROSKI
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