domingo, 6 de octubre de 2013

Los afectados por la riada de 2007 se organizan solos para que no se repita

Los afectados por la riada de 2007 se organizan solos para que no se repita
J. L. FERNÁNDEZ / ALICANTE
Día 06/10/2013
El Ayuntamiento de El Verger usa sensores y cámaras para detectar crecidas y hasta limpia el cauce del río sin ser de su competencia
Los afectados por la riada de 2007 en El Verger, cuando perdió la vida una mujer y se produjeron daños también en Beniarbeig y Ondara, se las arreglan solos en su ámbito local para prevenir otro desastre similar, con un sentimiento de verse olvidados un tanto por las administraciones superiores, la autonómica y la estatal.

Aunque los vecinos residentes en la ribera del río Girona se muestran prudentes y no se quejan, la Plataforma ciudadana «Riu Girona» sí expresa sus críticas a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) con «malestar y preocupación» porque sin ánimo de «alarmar» a la población, recuerdan que ahora es época de gotas frías. Tanto en su blog como comunicándolo al Ayuntamiento, sus representantes reclaman al menos «que les expliquen si el cauce debe estar así, con cañas, para que circule el agua, por la razón que sea, pero que les den información», relata el primer teniente de alcalde y concejal de Obras, José Enrique Moncho.

Aunque «en teoría» la CHJ limpia todos los años el cauce, y así lo aseguraron a ABC fuentes de este organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, con una inversión global este año de un millón de euros en un centenar de cauces, entre los que figura precisamente este que atraviesa El Verger, el Ayuntamiento «alquila» regularmente el servicio de una máquina que se encarga de esta tarea sin ser de su competencia. «Tenemos que pedir permiso a la Confederación, porque ahí no podemos entrar sin su autorización», remarca el concejal Moncho.

Desalojo reciente
No es la única medida que ha adoptado el equipo de gobierno municipal de Miguel González Bañó (PP): desde hace un año están instalados en el curso del río unos sensores y cámaras que con una tecnología inalámbrica similar al wi-fi, pero con más potencia y alcance, en banda ancha, detectan cualquier crecida y disparan la alerta al número de emergencias 112.

Esto ocurrió el invierno pasado y se movilizó a la Policía, a Protección Civil, se desalojó la zona y se retiraron los vehículos a ambos lados del cauce. Cualquier precaución es poca cuando se acuerdan de que una vecina perdió la vida en aquella fatídica riada, subraya Moncho. El Puente Almazara, donde se formó un tapón de vegetación, lo que provocó el desbordamiento, ahora ya no tiene tres ojos, se han eliminado los pilares para evitar que eso se repita. Y se ha añadido otro puente nuevo metálico.

«Uno intenta ayudar a todo el mundo, pero había gente que tenía cocheras, tiendas... y como la Generalitat les dio un máximo de 6.000 euros a todos, pues hay quien se siente perjudicado y otros que se beneficiaron», explica el concejal.

A los afectados de una isleta cuyas viviendas quedaron destruidas por completo se les realojó en un edificio con una decena de pisos y están muy contentos, ya que sus casas eran viejas y estaban llenas de humedades.

El miedo cuando sube el nivel de agua en el Girona de forma anormal siempre está ahí, y luego se nota esa incertidumbre puesta de manifiesto por la Plataforma ciudadana «Riu Girona», en momentos como el actual, con predicciones meteorológicas de posibles lluvias torrenciales. Moncho no carga las tintas contra nadie, «la Conderación Hidrográfica tiene el presupuesto que tiene», y en este organismo recuerdan que se ocupan de una «ingente» red fluvial formada por 50.000 kilómetros repartidos en cuatro provincias (la Comunidad Valenciana y Teruel). En estos momentos han concluido la limpieza de un 60% y tienen que establecer «prioridades». Además, El Verger no representa un caso excepcional, dado que otros muchos ayuntamientos piden intervenir en los ríos. «Se mantienen reuniones con la Consellería de Gobernación para coordinar nuestras actuaciones fundamentalmente enfocadas al régimen de corrientes con la prevención de incendios competencia de la Consellería siempre preservando el entorno ambiental», señalan.

En otra línea de acción, la CHJ trabaja con la Consellería de Medio Ambiente «en diversas materias tales como la lucha contra las especies invasoras entre las que se encuentra la caña común». Y ahora prepara convenios con las diputaciones.

Los trabajos inmediatamente posteriores a la catástrofe de 2007, destinados tanto a obras de prevención de inundaciones como a reparar los daños causados por la riada, han costado al Consell más de 72 millones de euros, según los datos recabados en su momento por la Conselleria de Gobernación.

La mayor parte del gasto realizado para limpiar y acondicionar la zona corrió a cuenta de las consellerias de Medio Ambiente (35 millones de euros) e Infraestructuras (18 millones).
http://www.abc.es/comunidad-valencia/20131006/abcp-afectados-riada-2007-organizan-20131006.html

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