jueves, 15 de octubre de 2015

La Marina Alta cumple 8 años de las peores inundaciones de su historia con el riesgo de sufrir una nueva catástrofe

La Marina Alta cumple 8 años de las peores inundaciones de su historia con el riesgo de sufrir una nueva catástrofe

El 12 de octubre de 2007, la riada acabó con la vida de una persona, destrozó 1.200 casas y 1500 coches y provocó pérdidas materiales millonarias
Tanto tiempo después, la comarca corre el peligro de otro desastre similar por la falta de inversiones, la presión urbanística, el cambio climático y la suciedad de los cauces
Los vídeos de la catástrofe distribuidos por las redes sociales aún impresionan (ver La Marina Plaza)

La voz casi desgarrada de la periodista de Canal 9 que relató el hundimiento del puente de Beniarbeig; la conmoción por la mujer que falleció en El Verger; las pavorosas imágenes de Ondara, Els Poblets, Calp, Xàbia, o Dénia totalmente inundadas; o las fotografías de coches, barcas y enseres domésticos desgajados y flotando por el agua se convirtieron en los grandes iconos de las inundaciones que hace ahora justamente 8 años (para ser exactos ocho años y dos días) azotaron la Marina Alta. Fue el 12 de octubre de 2007. Aquella mañana de cielo desplomado las lluvias y los desbordamientos, en especial el del río Girona, trajeron la peor catástrofe natural de la historia de la comarca.

La riada destrozó 1.200 casas, 1.500 coches y varios kilómetros de viales; 32 inmuebles quedaron precintados y muchos acabaron demolidos; las furiosas aguas del Girona tornaron en irreconocibles las calles de Benarbeig, Ondara y Els Poblets, municipios integrados en lo que se conoció como la zona cero del desastre; pero también se vieron afectadas las urbanizaciones del litoral de Dénia así como centenares de viviendas y comercios en Calp, donde se desbordaron dos barrancos, o en Xàbia, municipio dañado por la crecida del Gorgos y donde las barcas del canal de la Fontana acabaron en l’Arenal. Caminos rurales e infraestructuras sufrieron mucho en otras localidades como Pego, la Vall d’Ebo o Gata. Las pérdidas materiales se cifraron en millones y millones de euros.

Todavía con el agua enfangando las calles y ante el dolor y la indignación de miles de vecinos, administraciones de todo signo político prometieron durante aquel octubre de 2007 ingentes esfuerzos para que la catástrofe no volviera a repetirse. Sin embargo, ocho años después puede aseverarse sin cometer ninguna injusticia que aquellas apasionadas promesas no se han cumplido. Al menos en su mayoría. Sí se hicieron algunas obras de emergencia –en especial el nuevo puente sobre Beniarbeig y el afianzamiento de los márgenes del Girona a su desembocadura entre Dénia y Els Poblets– pero poco más.

1. La falta de obras
De hecho, en 2012, la Confederación Hidrográfica del Júcar publicó un plan director en defensa de las avenidas de la Marina Alta que advertía de que aquellas primeras obras de emergencia no habían conjurado el peligro de que ocurran otras inundaciones igual de devastadoras. Por eso, incluía una serie de actuaciones de mucha mayor envergadura –aumento de capacidad de los cauces, construcción de presas y nuevos puentes– con un presupuesto de 226 millones de euros que no se han llevado a cabo.
Hace poco, en febrero de este mismo año, acaeció un ejemplo revelador: la Generalitat aún gestionada por el PP se comprometía siete años y medio después de la catástrofe a estudiar un proyecto para encauzar el Girona a su paso por Els Poblets sin dar ni detalles del proyecto ni fechas para el mismo. La administración autonómica no se ha dado mucha prisa en todo este tiempo.


2. La presión urbanística
Hay más factores que avalan la tesis de que la Marina Alta sigue sin estar a salvo. Así, el plan director de la CHJ antes nombrado alerta de que el desarrollo urbanístico ha comprimido barrancos y ramblas. O en otras palabras, que el hecho de que se construyera donde no se tenía que construir agravó los efectos de las riadas de 2007 y sigue siendo ahora una amenaza, porque si bien es verdad que en estos ocho años el hormigón no ha crecido demasiado por la crisis urbanística, tampoco ha menguado ni se han tomado medidas correctoras.

Gracias sobre todo a la movilización vecinal y a organizaciones como la Plataforma por el Riu Girona, en 2009 se celebraron unas jornadas para prevenir inundaciones donde, en la misma línea de lo antes expuesto, el presidente del colegio de Geógrafos de España, Antonio Prieto, ahondó en la misma tesis: «debemos concienciarnos de que no es posible aprovechar cada metro cuadrado libre para construir viviendas sin pagar las consecuencias».

3. El cambio climático
En aquellas jornadas se puso en evidencia un tercer factor muy en boga a la actualidad: el cambio climático. El catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante Jorge Olcina dijo entonces –y lo ha seguido repitiendo en años siguientes– que la nueva situación climatológica puede provocar grandes trombas de agua en muy poco tiempo y que los episodios de lluvias torrenciales se repetirán como muy tarde cada ocho o diez años. A estas alturas de artículo no hace falta reiterar que son ocho los años transcurridos desde las últimas grandes inundaciones.

Olcina añade dos cosas más: que los veranos donde el agua del mar ha estado muy caliente –como éste de 2015– pueden agravar la intensidad de las lluvias; y que los periodos de riada se amplían a lo largo del año y ahora mismo pueden registrarse desde finales de agosto hasta principios de diciembre.

4. Los cauces sucios
Otro de los factores para explicar el desastre en aquel octubre de 2007 fue que los cauces estaban sucios. Pues bien, por increíble que parezca, ocho años después se llega al otoño con esos cauces otra vez repleto de cañas. Tanto los vecinos como los ayuntamientos se tienen que desgañitar para que la CHJ actúe: sólo ahora, ya en pleno octubre, ese organismo ha aceptado limpiar el Girona a su peligroso paso por Ondara mientras que en El Verger fue el propio ayuntamiento el que acabó con las cañas harto de esperar a que lo hiciera la confederación, que también ha encajado quejas por lo mismo desde Calp, Xàbia, Dénia o Beniarbeig.

Por eso no es extraño que en su blog la plataforma del Girona asegure que «la paciencia de los vecinos amenazados se está acabando tras años y años de silencio y de absoluta inacción por parte de este organismo». Quien se lo iba a decir a esos mismos vecinos cuando hace ahora ocho años escuchaban las promesas de las administraciones asegurando que nunca más.

Ver original en la Marina Plaza
http://lamarinaplaza.com/2015/10/13/la-marina-alta-cumple-8-anos-de-las-peores-inundaciones-de-su-historia-con-el-riesgo-de-sufrir-una-nueva-catastrofe/

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