lunes, 26 de abril de 2010

El Consell pide desde hace años el plan de seguridad para los embalses

Las Provincias 26/04/2010

Castellano califica de «irresponsable» que no se prioricen los programas de emergencias de las presas valencianas

25.04.10 - 01:04 - B. LLEDÓ | CHESTE.

El Ministerio del Interior sigue sin dar el visto bueno a la mayoría de planes ante catástrofes de los embalses de la Comunitat. Y no será porque la Generalitat no insista en la necesidad de disponer de ellos. «Desde hace dos o tres años llevamos pidiendo en la Comisión Nacional de Protección Civil que se agilicen y aprueben los planes de emergencia porque suponen una herramienta fundamental para prevenir las emergencias», informó ayer el conseller de Gobernación, Serafín Castellano.
Pero, tal y como adelantó el viernes LAS PROVINCIAS, sólo uno de cada ocho embalses en la Comunitat cuenta con el preceptivo documento, cuya redacción compete al Gobierno central. «El hecho de que únicamente lo tengan 11 de las 83 presas de la Comunitat evidencia un esfuerzo mínimo por parte del Ministerio», apuntó. Y más, cuando se trata de una cuestión de seguridad, ya que estos planes trazan el procedimiento a seguir en caso de que se produzca un accidente o cualquier otro problema. «Todos los valencianos tienen en su recuerdo el desbordamiento de la presa de Tous o las grietas de la de María Cristina», afirmó el responsable de Gobernación. Castellano calificó de «irresponsabilidad» que el Gobierno central no tenga aprobados los planes de más del 86% de estas infraestructuras hídricas valencianas. «No se puede jugar con la seguridad», sentenció.
Las últimas aprobadas fueron la de Benagéber y la del Regajo, en Castellón. En el orden del día de la reunión constaban otras 28 pertenecientes a otras regiones. Por ello, Castellano pidió al Ejecutivo «que se prioricen los planes de presas importantes como Contreras, Loriguilla, Tous o María Cristina».
Protección Civil
El conseller anunció ayer, durante el VII Encuentro Nacional de Agrupaciones de Protección Civil celebrado en Cheste, que la nueva ley de Emergencias incluirá a estos voluntarios en la Mesa Social de Emergencias.
«Se trata de un órgano nuevo de participación ciudadana y de las organizaciones sociales para proponer iniciativas a la Conselleria, impulsar acciones normativas y legislativas. Por ello, la presencia de los voluntarios de Protección Civil es fundamental», aseguró Castellano.
En las jornadas participaron 439 personas procedentes de 12 comunidades autónomas, como Galicia, Murcia, Castilla y León, Cataluña Navarra y Asturias.

http://www.lasprovincias.es/v/20100425/comunitat/consell-pide-desde-hace-20100425.html

sábado, 24 de abril de 2010

Sólo uno de cada ocho embalses tiene aprobado el plan ante catástrofes

Las Provincias 24/04/2009
Las presas de Benagéber y el Regajo, las últimas en recibir el visto bueno del Ministerio del Interior
24.04.10 - 01:04 - A. RALLO | VALENCIA.
Sólo 11 presas y balsas de las 83 con las que cuenta la Comunitat tienen a día de hoy aprobado su obligatorio plan de emergencias, responsabilidad que compete al Ministerio del Interior. Se trata del procedimiento a seguir en caso de que se produzca un accidente o cualquier otro problema en la infraestructura hídrica.
Pese a las consecuencias que podría tener un desastre de estas características, la Comisión Nacional de Protección Civil no ofrece una solución rápida a estas cuestiones. No es la primera vez que, en una reunión del citado órgano, responsables de diferentes autonomías urgen al Gobierno a aprobar planes de este tipo.
Pero tampoco las quejas encuentran la respuesta buscada por parte del Ministerio. El orden del día del último encuentro constaba de 30 planes. Sólo dos correspondían a la Comunitat Valenciana. En concreto, la presa de Benagéber y la del Regajo, en Castellón.
La lista de las presas que no figuran es mucho más amplia. Y entre las ausencias destacan dos de los embalses más importantes de la Comunitat: Tous y Loriguilla. El precedente de la primera es dramático para la región. El año 1982 está marcado por la pantanada.
La misión de esta infraestructura es frenar avenidas, pero también regular el agua de riego de la Ribera, parte de l'Horta Sud y abastecer para el consumo de los residentes en la capital del Turia. ¿Plan de emergencias? Por el momento, nada. Idéntica situación para Loriguilla, otro de los puntos clave.
Amadorio, Azud de Terrateig, Blasa de San Diego, Beniarrés, Guadalest, La Pedrera, Acequia Real del Xúquer, Oliva, Benageber y el Regajo son las afortunadas a día de hoy. O mejor dicho, los vecinos más próximos a estos lugares.
Otras presas muy cercanas a los límites de la Comunitat e importantes por sus dimensiones, como Contreras (provincia de Cuenca), también carecen del citado plan de emergencias, según consta en el propia página web del Ministerio del Interior.
El programa debe contener la organización de los recursos humanos y materiales «para el control de los factores de riesgo». Además, se deben incluir los sistemas de información y alerta y las medidas que se deben adoptar.
Existen tres tipologías de embalses diferentes A, B y C, según el riesgo potencial -de mayor a menor- que generaría un posible accidente en las instalaciones.
No obstante, sólo las dos primeras categorías requieren de un plan obligatorio de estas características. En el primer caso, se trata de presas «cuya rotura o funcionamiento incorrecto puede afectar gravemente a núcleos urbanos o servicios esenciales o producir daños materiales o medio ambientales muy importantes».
En el segundo de los supuestos, el B, la descripción de las consecuencias es similar , pero en este caso los daños son «importantes» y además puede afectar a un reducido número de viviendas. Entre las 83 infraestructuras que se encuentran en territorio valenciano, aparecen también las balsas. Mientras las presas se construyen en el curso de los ríos, las balsas pueden ubicarse en otros lugares para, por ejemplo, abastecer a los regantes.
Estas infraestructuras pueden pertenecer al Estado, a una empresa privada o a una comunidad de agricultores. No obstante, según fuentes consultadas, la responsabilidad de la seguridad corresponde en exclusiva a las diferentes Confederaciones Hidrográficas, tanto la del Júcar como la del Segura.
Situación boyante
La carencia de estos programas coincide, además, con una situación boyante en los pantanos de la Comunitat lo que también los convierte en más peligrosos en caso de un accidente.
Los de la Confederación Hidrográfica del Júcar se encuentran «técnicamente llenos», tal y como reconocieron en su día fuentes oficiales.
Además, existen otros pantanos que presentan deficiencias preocupantes para la seguridad. Por ejemplo, el de Loriguilla. Estos problemas impiden que el pantano pueda almacenar la máxima cantidad de agua posible (73 hectómetros cúbicos).
El inconveniente eran las filtraciones que se producían en la margen derecha a medida que el pantano iba acumulando agua. Después de muchos años sin sobrepasar el límite de los 23 hectómetros, se llegó este año a los 30. El objetivo es comprobar que las obras que se hicieron en su día -llenar las grietas de cemento- habían resultado efectivas. Además, este mismo embalse acumula otro problema. El desagüe del fondo presenta varias deficiencias que se están subsanando.
http://www.lasprovincias.es/v/20100424/comunitat/solo-cada-ocho-embalses-20100424.html

jueves, 15 de abril de 2010

El nuevo mapa sísmico sitúa 362 municipios en la zona de riesgo por terremotos

Las Provincias 15/04/2010

Más de medio centenar de localidades de Alicante pueden sufrir temblores de grado VII, el máximo previsible en España

ALMUDENA ESCRIVÁ aescrivá@lasprovincias.es | VALENCIA.

El suelo valenciano tiembla una media de una vez por semana. Es lo que indican los registros de movimientos sísmicos que sitúan a la Comunitat como una de las zonas con mayor riesgo de sufrir terremotos. Y además, los de mayor intensidad del país. Así lo confirma el Instituto Geográfico Nacional que incluye un total de 362 municipios en el listado con el que se confecciona el nuevo mapa español de peligrosidad sísmica. De todos ellos, 141 pertenecen a la provincia de Alicante y los 221 restantes, a la de Valencia.

La región está situada en un área de actividad sísmica moderada a escala mundial pero de relativa importancia en territorio español, un riesgo que va en aumento en las comarcas más al sur de la provincia de Alicante.

El Bajo Segura presenta la mayor peligrosidad. Es en esta comarca y sus áreas limítrofes, abarcando hasta 58 municipios, la que se encuentra en riesgo de sufrir terremotos de intensidad VII en la escala MSK. Es el valor máximo que, según los expertos, puede darse en toda la península. El resto podrían tener temblores de hasta grado VI.

Para medir la magnitud, es decir, la fuerza o energía liberada por los terremotos, se utiliza la escala Richter. Pero los daños producidos dependen de muchos otros factores, entre ellos, el tipo de terreno y la calidad de las construcciones.

Para cuantificar esos daños se recurre a la escala MSK (Medvedev-Sponheuer-Karnik), que abarca desde el grado I (solamente perceptible por los sismógrafos) hasta la XII (destrucción total).

En los movimientos de tierra de los grados VI y VII empiezan a producirse daños importantes y, en los casos más graves, son los que podrían afectar a las provincias valencianas. Sin embargo, los más habituales oscilan entre los puntos I y el III (perceptible por la población, pero sin consecuencias). En lo que va de año, la Unidad de Registro Sísmico de la Provincia de Alicante ha contabilizado 14 temblores de 1 y 2 grados según la tabla de Richter. El último fue el 24 de marzo, con epicentro en el Golfo de Valencia.

Estas cifras pueden parecer irrelevantes si se comparan con los grandes desastres que se han producido en los últimos meses en el mundo. Ayer mismo, la prefectura autónoma tibetana de Yushu, en China, sufrió un devastador temblor de 7,1 grados que acabó con la vida de 400 personas y dejó más de 10.000 heridos.

Esta noticia llega cuando la población mundial tiene en mente todavía los dramáticos acontecimientos ocurridos el 27 de febrero en Chile, donde se produjo el quinto terremoto más importante de la historia que alcanzó los 8,8 grados. Se cobró 500 vidas.

De menos intensidad (7 grados) fue el seísmo de Haití pero sus consecuencias fueron mucho mayores: 217.000 víctimas y 300.000 personas más que todavía hoy, tres meses después del suceso, siguen luchando por salvar su vida en un país completamente devastado.

Los movimientos notados en la Comunitat nunca han tenido esos resultados. El caso más dramático lo recuerdan perfectamente en Torrevieja y Almoradí. El año pasado se conmemoró el 180 aniversario del terremoto que provocó casi 400 muertos y dejó otros tantos heridos, además de afectar a casi 6.000 viviendas. La intensidad fue de 6,6 grados en la escala Richter.

Salvo esta excepción, el resto no suele sobrepasar los tres puntos. El año pasado se dieron más de 60 casos. En las comarcas del Vinalopó y Bajo Segura están más que acostumbrados a que el suelo vibre bajo los pies. Orihuela y todas las localidades de su alrededor (Callosa del Segura, Cox, Albatera, Crevillent, Algorfa, San Isidro o Dolores) ya han pasado varias veces por eso. Algunos incluso sacan en procesión a santos como San Emigdio para que les proteja.

Muchos recuerdan también lo que ocurrió el 10 de marzo de 2006 en Valencia. «Me acuerdo perfectamente de lo que sentí en aquel momento. Estaba en casa de una amiga, en un cuarto piso. Hablábamos tranquilamente y, de repente, el sofá empezó a moverse, los armarios, todo. No supimos reaccionar, nos quedamos paradas mirándonos y al cabo de un rato nos dimos cuenta de lo que había pasado. Entonces fue cuando nos entró el miedo», aseveró Elena Montaner. Como ella, miles de valencianos notaron un temblor de 4,5 grados que tuvo el epicentro en el Rincón de Ademuz.

El motivo de la gran actividad que experimenta la superficie del sur de la Comunitat es la cercanía al punto de confluencia de las placas africana y europea. «Toda la costa sur y este están dentro de la franja de afección. Es una línea perfecta que funciona como un eje que va presionando toda la Península y es donde se producen más terremotos», explicó el director de la red sísmica del IGN, Emilio Carreño. Hoy por hoy la ciencia no dispone de un sistema fiable para la predicción de terremotos; por lo tanto, la mejor medida de prevención y protección es la aplicación de medidas preventivas estructurales.

Normas de construcción

En España, para reducir los daños que puede provocar un terremoto en edificaciones en general e infraestructuras esenciales (hospitales, parques de bomberos, vías de comunicación, etc.), se aprobó la Norma de Construcción Sismorresistente. Establece unas normas de diseño, para garantizar la capacidad de las construcciones para resistir los efectos de los seísmos.

El nuevo mapa que está diseñando en IGN permitirá redefinir esas normas y actualizar el listado de los términos municipales que se encuentran en zona peligrosa. Dicha normativa será de obligado cumplimiento en todos los municipios que figuren en el listado.

Los expertos llevan meses trabajando en la elaboración del documento, que prevén esté completamente finalizado en 2011.

Una parte importante de la información se obtendrá del estudio de todos los temblores que se han registrado desde 2002, fecha en la que se elaboró el primer mapa de peligrosidad de España. También se tendrán en cuenta las investigaciones que se hayan realizado.

«Lo más probable es que no varíen demasiado los parámetros, pero no lo sabremos hasta que concluyamos todo el estudio», afirmó Carreño.

Aunque la predicción es muy inexacta, los expertos calculan un periodo de retorno de los temblores de 500 años, es decir, «la probabilidad de que en ese tiempo se produzca un nuevo terremoto», señaló el responsable del IGN. En función de ese parámetro, el nuevo mapa agrupará las zonas que tengan unas características tectónicas similares.

La detección temprana corre a cargo del Instituto Geográfico Nacional, que con su red de sismógrafos detecta al instante la magnitud de los terremotos, por leves que sean; estos datos son comunicados al Centro de Coordinación de Emergencias. También la Universidad de Alicante tiene su propia red provincial de sismógrafos.

La gravedad de los daños que un terremoto destructivo puede ocasionar obliga a las administraciones a prever servicios especiales en zonas no sísmicas, así como los mecanismos adecuados para una rápida aportación de ayuda exterior.

http://www.lasprovincias.es/v/20100415/comunitat/nuevo-mapa-sismico-situa-20100415.html

Granada Hoy 13/04/2010

Un seísmo milenario a 600 kilómetros bajo tierra hace temblar a Granada

El terremoto se sintió hasta en la costa atlántica de Cádiz · La provincia de Granada y parte de la de Málaga, junto con Murcia y Alicante, son las dos regiones de España con mayor riesgo de sufrir un temblor

Belén Rico / Granada | Actualizado 13.04.2010 - 09:24

Los devastadores seísmos de Haití y Chile han reavivado el miedo atávico a los temblores de tierra en cualquier punto del planeta. Y en Granada, con una historia relativamente reciente de fuertes terremotos, la preocupación se ha dejado sentir también con especial intensidad. Especialmente, si se produce un movimiento de tierra que se ha dejado sentir hasta en la costa atlántica de la provincia de Cádiz. El hecho es que forma parte de un fenómeno geofísico que se inició en la tierra hace millones de años y "está desvinculado de la actividad sísmica propia de la zona"
El seísmo se ha producido a 610 kilómetros de profundidad y, según el Instituto Geográfico, se habría sentido débilmente en Benalmádena, Málaga capital, Jerez, Jaén, Estepona, Cádiz capital y Fuengirola. Donde el terremoto se pudo notar con más fuerza fue en la provincia de Málaga, donde el 092 registró entre 15 y 20 llamadas de personas por motivo del seísmo.
"Casi todas eran de gente que vive en pisos de gran altura y que tenía miedo por las vibraciones, pero no ha habido daños" afirma un portavoz de la sala del 092 de Málaga, para quien las llamadas estaban motivadas por el actual clima de temor tras los terremotos ocurridos en Haití y Chile.
El temblor, de 4,8 grados en la escala de Richter, tuvo lugar a las 00.08 horas entre las localidades granadinas de Nigüelas y Lecrín, en la vertical del Valle de Lecrín, según los datos del Instituto Geográfico Nacional en un comunicado. Por su parte, el Instituto Andaluz de Geofísica señaló ayer que el seísmo, de "intensidad muy baja", casi "no se ha dejado sentir en Granada por su profundidad". El servicio de Protección civil de Dúrcal, situada a aproximadamente a un kilómetro del epicentro del seísmo, ni siquiera recibió ninguna llamada por el terremoto y desde la Subdelegación del Gobierno en Granada afirmaron que no hubo un aumento de llamadas de los ciudadanos a la Guardia Civil o a los servicios de emergencia.
Y, de hecho, la tierra en Granada se mueve continuamente. Aunque el nuevo Atlas de peligrosidad sísmica elaborado por el Instituto Geográfico Nacional (IGN) la sitúa como una de las zonas con más riesgo de España los expertos llaman a la calma e insisten en la importancia de las medidas de prevención.
El director del Instituto Andaluz de Geofísica, Jesús Ibáñez, explica que "en Granada hay probabilidad de que ocurra un tratamiento destructivo muy parecido al que ocurrió en L'Aquila, en Italia, el año pasado". Pese a que la construcción de edificios era mucho mejor que en Haití, esto no evitó que hubiese 294 muertos, 1.500 heridos y 50.000 personas perdieron su hogar. Por eso Ibáñez insiste la importancia de que se cumplan de forma escrupulosa las normas sismorresistentes.
Por eso, el Gobierno ha iniciado la elaboración de un nuevo mapa de peligrosidad sísmica cuya función es poner al día el conocimiento de los terremotos históricos para poder precisar que zonas tienen más riesgo de sufrir un seísmo. Este atlas servirá para determinar la normativa de construcción sismorresistente que tendrá que aplicarse en cada zona y también para la preparación de los planes de emergencia.
El Atlas de peligrosidad sísmica, que estará terminado a finales del año que viene, se actualizará con los datos de los terremotos ocurridos en los últimos años . El objetivo es dividir España en zonas de tectónica común y clasificarlas en función del riesgo de que sufran un terremoto cada 475 años (periodo de retorno).
Según el mapa actual de intensidad sísmica, que se confeccionó en 2002 y que puede verse en la página web del Instituto Geográfico Nacional, la provincia y parte de Málaga, junto con Murcia y Alicante, son las zonas de España que mayor riesgo tienen de padecer un terremoto clasificado de "dañino.
Este mapa, que mide la intensidad sísmica en función de la violencia con que se siente un seísmo en diversos puntos de la zona afectada, como daños en construcciones y objetos, califica como Sur de la Península Ibérica como de riesgo de sufrir un terremoto fuerte.

domingo, 4 de abril de 2010

Un plan contra el diluvio

Acuamed ya tiene en marcha tres de las cuatro grandes obras previstas en la Safor para evitar las inundaciones de los principales ríos Las espectaculares intervenciones en el Serpis, Vernissa, Gallinera y Alfadalí ascienden a 83 millones
de euros Los técnicos ultiman ahora el proyecto del Vaca, que va retrasado y que afectará a la Valldigna y a Xeraco
S. S. GANDIA ? 04/04/2010
La empresa pública Acuamed, del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, ya tiene en ejecución tres de los cuatro grandes proyectos contra inundaciones de la comarca de la Safor que anunció en 2005. Los trabajos, de un enorme impacto visual, están afectando al curso bajo del río Serpis, al cauce del Vernissa, a la rambla de la Gallinera y al río Alfadalí.
En total, se trata de proyectos que, en su conjunto, costarán 83 millones de euros, y constituyen la más ambiciosa apuesta llevada a cabo nunca en esta comarca para salvaguardar bienes y vidas ante las fuertes precipitaciones que, cíclicamente, han sacudido a la Safor y han causado daños de imposible cuantificación.
En todos los casos, los técnicos no han reparado ni en ambición ni en presupuesto a la hora de diseñar las actuaciones. En la rambla de la Gallinera y en el río Vernissa se van a levantar en breve dos enormes diques, a modo de presas, que permitirán laminar las crecidas que se generan ante las temibles gotas frías. Entre la Font d'en Carròs y Beniarjó se va a excavar un canal de desagüe que permitirá trasvasar al río Serpis hasta cien metros cúbicos por segundo del barranco de Beniteixir, el mismo que genera importantes inundaciones en los términos municipales de Rafelcofer, Almoines, Bellreguard, Palmera, l'Alqueria de la Comtessa, Oliva, Piles y Miramar. Finalmente, en Gandia se está adecuando todo el cauce del Serpis para incrementar la capacidad de evacuación al mar.
Esta última es la más avanzada de las actuaciones. En Gandia la obras se iniciaron hace meses, y la envergadura del proyecto queda a la vista de una ciudad que, gracias al diseño de la obra, permitirá recuperar para uso público las dos riberas del Serpis, incluyendo paseos en ambas orillas. El presupuesto de esta actuación, que discurre entre el puente de la ronda de circunvalación de la N-332 y la desembocadura del río, asciende a 18,7 millones de euros.
Más de treinta millones de euros cuestan las obras que hace unas semanas se iniciaron al sur del término municipal de Oliva y que afectan a los cauces de la rambla de la Gallinera y al río Alfadalí, las dos "bestias negras" de las gotas frías. En este caso el proyecto es mucho más complejo. Además de la presa de laminación en la Gallinera, justo en el límite con término municipal de l'Atzúbia, los técnicos consideraron necesario llevar a cabo la prolongación de ese cauce hasta el mar, lo que pondrá fin a las continuas inundaciones en amplias partidas del sur del término olivense, alcanzando habitualmente zonas habitadas y obligando a llevar a cabo desalojos preventivos.
El río Alfadalí, cuyo también cíclico desbordamiento envía las aguas al casco urbano de Oliva, tendrá un desvío de caudal hacia la Gallinera, de manera que, cuando se acaben las obras, la segunda ciudad en habitantes de la Safor podrá hablar con propiedad de un antes y un después en cuanto al riesgo de quedar inundada.
Tan importante es este proyecto que Oliva está a la espera de que esas obras terminen para rediseñar el mapa de zonas inundables, lo que permitirá aprobar nuevos planes urbanísticos entre la ciudad y la playa que hasta ahora no podían ser autorizados.
Las máquinas también han empezado a remover la tierra entre Benicolet, Terrateig y Llocnou de Sant Jeroni, en donde una presa de laminación evitará que el río Vernissa, en sus espectaculares crecidas, vierta violentamente al Serpis, a la altura de Almoines, caudales que llegan a los 400 metros cúbicos por segundo. Son las crecidas simultáneas del Serpis y el Vernissa las que ponen en riesgo de inundación a Grau de Gandia.
La presa, la defensas en diversos puntos del Vernissa y el canal de desagüe del barranco de Beniteixir suman otros 36 millones de euros que completan los 83 en que está valorado el conjunto de un proyecto que quiere hacer frente a los temidos diluvios del clima de la Safor.
El cuarto proyecto, pendiente de aprobación, es el del río Vaca, que discurre entre Simat de la Valldigna y Xeraco y que se ha retrasado más de lo previsto. Los técnicos estudian cómo laminar las crecidas y, sobre todo, permitir una rápida evacuación al mar del caudal que se genera en la pequeña cuenca del Vaca. En el tramo final del río las obras no serán menos espectaculares. El barranco de les Fonts de Xeraco, que drena el macizo del Mondúber y muere entre campos de naranjos, será prolongado hasta el cauce del Vaca en otro canal artificial.
Visto en Levante